A todas las madres…

A todas las madres…

Eres especial porque Dios te dio la facultad de ser parecida a El y crear vida en forma casi perfecta.

Eres increíble porque eres capaz de llevar en tu vientre un ser durante 9 meses, darle alimento, protegerle y amarle… ¡ERES INCOMPARABLE!

Tu que conoces el significado del llanto de tu bebé, que sabes lo que dice su mirada, que identificas su voz y conoces todos y cada uno de los latidos de su corazón.

Eres fuerte, eres valiente, eres poderosa, eres valerosa. No hay palabras para describir la admiración que siento por ti.

Siempre he creído que un día no es suficiente para mostrarte amor, reconocer lo que haces, honrarte y premiarte. Todos los días del año son ideales para manifestarle al mundo el inmenso agradecimiento que sentimos por ti tus hijos.

Muchas veces no solo eres madre, eres también padre. Otras asumes ese rol por alguna u otra razón, te conviertes en madre y amas tal cual la que si tuvo el hijo en su vientre durante 9 meses. He aprendido que madre no es solo la que trae al mundo, sino la que te forma, la que te educa, la que te enseña el bien y el mal, la que te muestra el camino y te enseña a caminar.

¡Eres grande! de eso no hay duda y mereces todo lo bueno y maravilloso que pueda existir porque lo que das y lo que haces simplemente no tiene precio.

A todas las madres de mi vida: mi madre, mi abuela, mis amigas, las de mi familia, mis compañeras de trabajo, mis hermanas de la iglesia, y las que comparten conmigo a diario en las plataformas digitales. ¡Dios les bendiga y conceda todas las peticiones de su corazón!

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